

Por: Redacción
El pasado 18 de agosto, el Vivero Elliff celebró 25 años de trayectoria en Roque Pérez. Con esfuerzo, dedicación y pasión, Juan Elliff, junto a su familia, construyó un espacio que no solo floreció en lo comercial, sino también en lo humano: entre flores y plantas, cosechó amistades y el acompañamiento de toda la comunidad.
“Mi esposa siempre soñó con tener un lugar lleno de flores. Empezamos de a poco a armarlo y, con los años, fuimos sumando clientes que después se convirtieron en amigos. Estamos muy agradecidos por estos 25 años, con altos y bajos, pero siempre con entusiasmo”, compartió Juan, emocionado por ver cómo su hijo Patricio continúa con el legado familiar.
Antes de instalarse definitivamente en Roque Pérez, Juan ya trabajaba en el rubro en Saladillo, mientras su padre mantenía el vivero en la ciudad. Hoy, asegura que se siente afortunado de poder dedicarse a lo que lo apasiona. “Me encanta trabajar en esto, me apasiona, y estoy muy agradecido con todos los vecinos que nos acompañaron durante este camino”, expresó.
El Vivero Elliff es hoy mucho más que un espacio de plantas: es un símbolo del esfuerzo familiar y del vínculo con la comunidad roqueperense, que lo vio crecer durante este cuarto de siglo.
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