

Por: Martín Goñi
Han pasado más de 40 años del Mundial 1978 y aún se recuerda la presencia de Villa en la selección argentina. Quedó grabado a fuego aquel grito de gol que sería parte de la historia y toda su trayectoria hasta convertirse en ciudadano ilustre.
¡El gran campeón del mundo en el ‘78! Más conocido como “Ricky”, no solo es recordado por su participación en la Copa del Mundo, sino también por una carrera llena de hitos que lo transformaron en una figura única del fútbol.
Su gol en Wembley es legendario, pero su historia va mucho más allá de ese momento icónico.
Este talentoso volante, inconfundible con su barba, inició su camino en Quilmes y brilló en San Martín y Atlético Tucumán. Su talento lo llevó a convertirse en el pase más caro de la historia de Racing Club en aquel entonces.
También dejó su huella en el extranjero, jugando para el Fort Lauderdale de Estados Unidos y el Deportivo Cali de Colombia.
Su vínculo con el fútbol argentino se mantuvo intacto, llegando incluso a ser jugador y director técnico en Defensa y Justicia, donde demostró su pasión y dedicación en cada etapa de su vida.
Hoy, a pesar del paso del tiempo, su legado sigue vivo. Sigue siendo aquel pibe que cumplió el sueño de vestir la camiseta celeste y blanca con la número 22.
Reconocido como ciudadano ilustre y homenajeado con un cartel en su pueblo natal, Ricardo “Julio” Villa es la viva imagen de un héroe humilde.