

Por: Redacción
Cada 20 de junio, los argentinos y argentinas conmemoramos el Día de la Bandera en homenaje a su creador: Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, quien falleció ese mismo día en el año 1820, pasando a la inmortalidad como uno de los grandes próceres de nuestra historia.
La fecha fue oficialmente instituida por la Ley 12.361, sancionada el 8 de junio de 1938 durante la presidencia de Roberto M. Ortíz, con el objetivo de rendir tributo a quien, con visión y compromiso, dio forma a uno de los principales símbolos de nuestra identidad nacional.
Belgrano fue mucho más que el creador de la bandera: abogado, economista, periodista, político, diplomático y militar, desempeñó un papel clave en las luchas por la independencia en lo que hoy conocemos como Argentina, Paraguay y el Alto Perú.
El primer izamiento de la bandera celeste y blanca se realizó en el poblado de la Capilla del Rosario, en el Pago de los Arroyos —actual ciudad de Rosario—, a orillas del Río Paraná. Años después, esos mismos colores fueron consagrados por el Congreso de Tucumán el 20 de julio de 1816, y ratificados oficialmente en Buenos Aires el 25 de febrero de 1818, incorporando el Sol de Mayo en la franja blanca central.
Este símbolo, que flamea en plazas, escuelas y hogares, no solo representa la soberanía y la libertad, sino también la unión de un pueblo que reconoce en su historia la fuerza para construir su futuro