

Por: Redacción
Uno de los puntos críticos se encuentra en el puente en construcción, en la zona del Pico y la Pasarella, donde el agua se ve forzada a pasar por un espacio reducido, generando un “cuello de botella”. “El agua viene ancha y se afina ahí”, explicó Vinay, describiendo la dificultad que representa esa angostura para el normal escurrimiento.
Hasta el día de ayer, el paso de agua era de unos 50 metros, pero se logró ampliar en 40 metros más, y durante la mañana de hoy se trabaja en otros 40 metros adicionales. “Con eso se va a lograr que el agua pase mucho más rápido, y que alivie un poco toda la zona, desde el puente de la Ruta 205 hacia Ernestina lo que también descomprime esta parte del Pico”, señaló.
Las tareas, que se espera finalizar alrededor del mediodía, forman parte de una intervención urgente para reducir el impacto en las zonas más comprometidas. Sin embargo, el ritmo de crecimiento del caudal genera inquietud. “Ayer, a la tarde, el río subió unos 8 centímetros, y durante la noche otros 16. Ahora el monitoreo es cada hora y está subiendo un centímetro por hora”, advirtió Carlos Vinay.
Debido al avance del agua, la empresa que realiza los trabajos deberá retirarse del lugar una vez concluidas las obras, ya que el acceso a la zona será imposible.
Mientras tanto, las autoridades locales mantienen un monitoreo constante y evalúan nuevas medidas en función de la evolución del caudal. La situación se sigue de cerca, con el objetivo de resguardar a los vecinos y minimizar los daños que esta crecida podría provocar.