

Por: Redacción
Con profundo pesar despedimos a Loreto Higinio Calvo, más conocido por todos los roqueperenses como "Tito", un hombre que supo ganarse el cariño de los vecinos a fuerza de trabajo, generosidad y amor por su tierra.
Desde su entrañable almacén "El Gramiyal", Tito fue mucho más que un anfitrión: fue un verdadero embajador de nuestra cultura, del turismo local, y un guardián de las tradiciones . Su calidez, su hospitalidad y su mirada franca quedarán grabadas en la memoria de quienes tuvieron la dicha de conocerlo, compartir un mate o simplemente recibir su saludo al pasar.
Hoy, su partida deja una profunda tristeza en toda la comunidad. Pero también nos deja el ejemplo de una vida vivida con sentido y entrega.
A continuación, compartimos un emotivo homenaje en versos, escrito por Rubén Feit, quien con palabras sencillas y sentidas despide a este gaucho entrañable que ya es parte del alma de Roque Pérez.
Te fuiste viejito gaucho
La verdad que no hay consuelo
La pucha que triste estoy
Que hasta me cuesta creerlo
Triste porque ya el camino
No tendrá tu estampa viejo
Ya no se verá el saludo
De don tito en el sendero
Siempre de sonrisa franca
Amable ,gaucho y sincero
Te fuiste y la pena es grande
Hay un dolor en el pueblo
Están muy tristes tus hijos
Veo muy triste tus nietos
Se fue de viaje el tatita
Se fue de viaje el abuelo
Le dio un beso a la Susana
Y se encaminó en un vuelo
Te está esperando el Facundo
Para abrazarte en el cielo
Perdió un gaucho mi Argentina
Uno de esos verdaderos
Quién no tenía maldades
Era un hombre de los buenos
Si habrá andado los caminos
De a caballo o camionero
Si habrá recibido gente
Tan amable y predispuesto
Que no habrá turista alguno
Que no haya querido al viejo
Te fuiste hermano querido
Dios te a llamado en silencio
Tal vez porque tu Facundo
Te extrañaba allá en el cielo
Seguro que en esa estancia
Donde aura está de puestero
Le hacía falta su compinche
Su padre ,amigo y ladero
Anda tranquilo viejito
Que acá te recordaremos
Te fuiste viejito gaucho
La verdad que no hay consuelo
Me costará en las mañanas
Poder pasar y no verlo
Con esa estampa genuina
Hombre de campo ,un maestro
Del arte de la gauchada
Del trabajo ,del esfuerzo
Y sobre toda las cosas
Un buen padre y buen abuelo
Anda tranquilo viejito
Que acá te recordaremos
Hoy te extraña el gramiyal
Tu lugar, tu lindo puesto
Hoy te extraña el gaucho gil
Tu burrito tan campero
Tu caballito te espera
Igual que tu criollo perro
Tu tractor y tu carrito
También lloran en silencio
Anda mi viejito gaucho
Prende un fogón en el cielo
Asentaré sobre el lomo
De tu compinche el lucero
Prepárate un cimarrón
Junto a tu hijo el puestero
Que ya en alguna ocasión
Yo también iré a ese puesto
A compartir con ustedes
Unos cuantos de mis versos.
Así, entre recuerdos, silencios y versos, despedimos a Tito, el querido almacenero de El Gramiyal. El campo, los caminos y la historia de Roque Pérez lo nombrarán por siempre.
Porque hay personas que no se van: se quedan en lo vivido, en lo sembrado, en el corazón de su gente.
Gracias, Tito, por tanto.